Bloquea amenazas como malware, ransomware y exploits en tiempo real.
Permite o bloquea el uso de apps específicas (como redes sociales, VPNs, etc.).
Detecta y detiene ataques que intentan vulnerar servicios o aplicaciones.
Restringe el acceso a sitios no seguros o no autorizados.
Analiza tráfico cifrado para evitar que se oculten amenazas.
Muestra quién está accediendo a qué, desde dónde y con qué nivel de riesgo.
Se conecta con soluciones EDR, SIEM o servicios en la nube.
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